Siempre escucho que los padres me dicen de sus hijos “no come verduras ni fruta”, y la pregunta es ¿usted y su marido comen a diario?
Así como últimamente llegaban a la consulta mujeres con plan de embarazo o embarazadas con sus parejas para mejorar su estilo de alimentación no solo por ellos sino para ser buenos ejemplos para sus hijos, también por otro lado veo cada día mayor cantidad de niños en edad preescolar con gran sobrepeso y obesos, basta con fijarte en sus padres para darte cuenta por donde viene la mano, y no solo a la contextura física me refiero sino a los hábitos que le transmiten a sus hijos, como el consumo de gaseosas y jugos, paquetes de snack poco saludables, brindarles el teléfono celular para que se queden quietos siendo que un niño lo que quiere y tiene que hacer es moverse.
Siempre escucho que los padres me dicen de sus hijos “no come verduras ni fruta”, y la pregunta es ¿usted y su marido comen a diario? Los buenos hábitos se transmiten con el ejemplo, si queremos hijos sanos debemos comenzar por nosotros, ya que los que tomamos las decisiones de compra, de cocina, y todo lo relacionado a la alimentación de nuestra familia somos nosotros, los adultos.
La traba o la dificultad que suelen presentar es la falta de tiempo, el cansancio luego de largas horas de jornada laboral, se hace lo más fácil y rápido, y es ahí cuando les hago un llamado de atención y les digo, la alimentación es tan o igual de importante que enseñarles a leer o sumar o que estudien para un examen. Requiere la misma paciencia, dedicación y tiempo.
Capaz no podemos exigirles que coman todas las frutas y verduras pero no puede entrar dentro del rango de normalidad que no coman absolutamente ninguna, o que las gaseosas estén presentes en forma diaria en la mesa o que cocinemos únicamente pizzas, panchos y hamburguesas o arroz o fideo, por que con esa alimentación les estamos preparando a nuestros hijos para ser adultos poco sanos con ningún hábito saludable y eso si es preocupante.
Seamos los adultos los agentes de cambio, los buenos hábitos se aprenden y se incorporan en el día a día con el ejemplo y con paciencia que es lo que no hay o ya no queda para la hora de la comida.
Algunos cambios que podemos implementar a nivel familiar:
- Establecer un menú semanal, cuanto mayor organización haya más fácil será comer más sano.
- Hacer las compras en familia, armando entre todos una lista de compras saludables.
- Incluir 2 a 3 variedades de frutas en la semana.
- Si no están acostumbrados al consumo de verduras incluir por lo menos en una comida al día a través de alimentos que sean del agrado de todos.
- Elegir bebidas sin calorías con las comidas, agua o aguas saborizadas con frutas en forma casera.
- Si tenemos niños mayores de 3 a 5 años ya podemos comenzar a implementar el consumo de lácteos descremados (leche, yogur).