¿Son realmente beneficiosas las dietas conocidas como de «desintoxicación»? Es importante escuchar la voz de los especialistas en nutrición sobre el punto.
Muchas veces “decidimos comenzar de cero” después de arrastrar una temporada de desórdenes alimentarios y nos topamos con todo tipo de dietas prometedoras, una de ellas muy en auge es todo lo DETOX: dietas detoxificantes que se basan en una combinación de frutas y verduras exprimidas que, al consumirlas, eliminan toxinas del cuerpo.
Creemos firmemente que esto nos ayudará a curar todas las heridas y nos dará un empujón hacia el peso ansiado. Y lejos de ello estas dietas prometen un descenso rápido de peso, pero poner en práctica este tipo de régimen puede traer riesgos en la salud.
Tenemos que saber que el cuerpo no necesita de nada drástico para desintoxicarse. Está perfectamente programado para realizar esta función gracias a dos órganos que se dedican a detoxificar nuestro cuerpo de manera natural, por un lado el riñón, que filtra todo lo que la persona haya consumido o acumulado en la sangre para luego eliminar las toxinas mediante la orina y, por el otro lado, está el hígado, que posee una enzima encargada de degradar mucho de lo que consumimos, detoxificarlo, metabolizarlo y luego convertirlo en elementos que luego serán eliminados por materia fecal.
Los licuados deberían consumirse como acompañamiento en el desayuno y la merienda o como una colación, pero siempre sumado a una alimentación lo más variada posible, con la incorporación de más frutas y verduras, algo que no demandaría tanto sacrificio a la hora de querer cuidarse.
Este tipo de régimen no es balanceado, ya que se quitan de la ingesta diaria alimentos esenciales y encima ponen a funcionar el cuerpo en mecanismo ahorro, como recibe menos, gasta menos, lo que da como resultado la recuperación rápida del peso perdido.