Primero que nada es importante que sepas que usar tallas grandes no es sinónimo de vestirte mal, tampoco martirizarnos idealizando el cuerpo que no tenemos, o que teníamos a los 15 años, así que, el primer paso es aceptar que todas las mujeres somos únicas y tenemos algo que si nos gusta en nuestra imagen, eso, es lo que debemos de aprender a resaltar.
Vestir el talle correcto: el error clave que miles de veces cometemos es tratar de tapar nuestros kilitos demás con ropas todavía más grandes a nuestra talla real, o mucho más chicas, en realidad ambas opciones desvirtúan nuestra imagen, salir a la calle con una blusa mucho más grande o una camisa cuyo botón apenas se prende, sólo resalta que estamos con más volumen del que queremos.
La ropa interior es importante: para ayudar a que la ropa no marque los rollitos que tenemos en el cuerpo, cuidemos que nuestra ropa interior no marque nada. Para el día puede ayudarnos la ropa interior de colores neutros, sin costura, dejando a los encajes, y animal print para una noche especial.
Ojo, es necesario asumir que por más chica que sea nuestra ropa interior, no vamos a medir menos centímetros, así que sigamos con el proceso: conocernos y aceptar quienes somos.
Identificar el tipo de cuerpo: cada una de nosotras tiene un tipo de cuerpo, aún teniendo unos kilitos demás, por eso, es fundamental identificarlo para saber qué parte de nuestro cuerpo debemos resaltar y qué zonas disimular. En la zona de nuestro cuerpo con menos volumen, podríamos llevar colores llamativos, buscar tonalidades neutras para las zonas de mayor volumen.
Vivír el presente: cuántas veces nos desmotivamos por no tener el talle que soñamos tener, y dejamos de cuidarnos postergando nuestra imagen a “ algún día”, sin embargo, hoy es el momento que podemos empezar a sentirnos y vernos mejor, si nuestro peso ideal todavía no llega, todo lo que nos compremos es para usarlo hoy, no cuando tengamos tres tallas menos, optando por colores lisos y neutros dándoles color con accesorios, o si nos gustan mucho las flores que sean chicas, también podemos cuidarnos las uñas, el cabello, la piel, y no es cuestión de dinero, sino de conocernos.
Somos un todo, que nuestra felicidad no dependa de unos centímetros.