Fundamentar una estructura de trabajo queriendo que cada una de las personas a quiénes conozco a través de la Asesoría de Imagen se conozca un poquito más, y se vean como personas completas es mi objetivo en ese camino.
Considero que el autoconocimiento viene mucho antes de la moda, pero trabaja conjuntamente con ella. Elegir lo que queremos hacer, que usar o no usar, es única y exclusivamente responsabilidad de cada una de nosotras, a partir de lo que es importante para cada una.
Es por eso que en la práctica, cuando creamos moda pero para la vida real, antes de elegir lo que vamos a vestir es muy importante preguntarnos cómo nos queremos sentir. Cuáles son aquellas ropas, y accesorios que representan nuestro ser, a quiénes somos y la vida que vivimos.
Ser coherentes en el vestir no quiere decir vestir uniformadas siempre, todas tenemos preferencias, o demandas que guían nuestras elecciones al vestir, y tiene que ver más con la vida que con las ropas, y que no se pueden separar.
Por ejemplo, hay mujeres siempre elegantes, que hasta los fines de semana su zapatillita, es elegante, y también hay otras que buscan estar cómodas, y que lo que eligen para llevar a una cena es tan cómodo como lo que se ponen un domingo por la tarde. Hay mujeres que son creativas, al combinar colores, con los accesorios, y el maquillaje, podrían ir a la panadería o a su propio casamiento vestidas con originalidad.
Aunque parezca poco definido, todo esto está direccionado por un fundamento común: la esencia de cada persona. Si empezamos por mirarnos más, y de apoco a decodificar esas referencias arriba mencionadas, entrenando nuestra mirada en aquellos elementos que elegimos, vestir será mucho más fácil, porque facilita la vida, nos ayuda a elegir objetivamente, y la sensación de ser nosotras mismas es la mayor satisfacción personal.
Asumir esta responsabilidad abre camino para encontrar muchas respuestas en nuestro interior, sin la necesidad de buscar en ideales de belleza nuestra realización personal, aceptando que este es el único cuerpo que tenemos en esta vida, mirarnos con más cariño, y descubrir que somos mucho más que unas piernas cortas, o caderas anchas, que cada una de nosotras es única y tiene su propia luz.
Si por algún motivo alguna de nosotras se siente poco conforme con lo que elige vestir hoy, volver a ver qué es lo realmente importante es la tarea pendiente, porque la energía que ponemos en conocernos es una energía que después nos sobra para aprovechar la vida.
Y es así, como cada una de nosotras puede construir un guardarropa lleno de todo, pero con nuestra cara en todo lo que encontremos allí.