Dani ya no está para darnos su testimonio, pero si quedan otros cientos de niños que quizás ahora mismo estén siendo víctimas del bullying.
Cada vez que jugaba Cerro Porteño su sueño de ser futbolista aumentaba. Se sentaba frente a la televisión con su camiseta puesta y gritaba cada gol. Estaba en el tercer grado de la escuela Digno García de Luque. Irradiaba alegría, es paraguayo y tenía 9 añitos. Daniel Ruiz Díaz es la segunda víctima de bullying de este 2014 en menos de un mes (la primera es una adolescente de 15 años que se suicidó cuando publicaron fotos intimas de ella en las redes sociales).
Dani fue criado por sus abuelos desde el primer mes de nacido. Amaba profundamente a sus protectores. Desde el inicio de clases fue víctima de bullying, sus compañeros veían un defecto en él: “era gordito y morocho”. Ante la edad avanzada de sus abuelos y la preocupación que podría generarles jamás les confesó el calvario que significaba llegar a la escuela todas las tardes y escuchar esos adjetivos que lo discriminaban.
Ese silencio lo llevó a la tumba. A la salida de su institución educativa una vez más se vio solo y desprotegido. Guardó los 2.000 Gs. que llevaba para su recreo y los invirtió en golosinas. Camino a casa los iba a comer, después de guardar algunas para su abuelo.
Sin imaginarse en ese trayecto aparecieron potenciales asesinos, eran unos hermanos mellizos de 8 años. Ante la negativa de entregar sus golosinas lo golpearon y en ese momento cayó a una cuneta y tuvo una fractura en el fémur de la pierna derecha.
Se quejó de dolores durante varios días, luego de varias idas y vueltas al hospital hasta que finalmente se constató su deceso por una infección generalizada. Dani quizás no era de una familia adinerada y no ostentaba un apellido en cuna de oro. Pero era un niño paraguayo, con todos los derechos de vivir, crecer y disfrutar de una adultez plena. Todo esto ahora quedo enterrado y encerrado en un cajón de madera.
Como era de esperarse los abuelos sumidos en un profundo dolor y ante la interrogante del ¿Por qué a él?, exigen justicia y mano dura por más que sus agresores sean también menores.
El bullying tiene un sinfín de aspectos para analizar y reflexionar. Me preocupa la muerte de un niño. Me preocupa esta y las próximas generaciones que vendrán. Me preocupa la falta de interés que le dan muchos padres al comportamiento de sus hijos. Así como existen unos abuelos sumamente tristes también del otro lado están los padres de estos chicos que golpearon a Dani.
Dani ya no está para darnos su testimonio, pero si quedan otros cientos de niños que quizás ahora mismo estén siendo víctimas del bullying. Por favor no nos quedemos con estos datos, con estas derivaciones. Hagamos algo como sociedad. No nos quedemos en el simple concepto de lo que es el Bullying y vayamos a sus consecuencias y pensemos que nuestra gente se muere por esto.