Un buen uso de lo que se tiene

  • Hace unos días me preguntaba, que es lo que quiero dejar al mundo, y seguidamente me respondí: “Lo que va a existir en el mundo, no decide nadie más que una misma.”

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    Compramos cosas todo el tiempo, y muchas veces dejamos de escucharnos, conversar con nosotras mismas y tomarnos un minuto para identificar si lo que estoy a punto de comprar:

    • Tiene que ver conmigo.
    • Tengo otras prendas en el ropero con las que puedo combinar.
    • Voy a poder usar la misma prenda en al menos los próximos cinco años.

    Recibimos mensajes sobre la urgente necesidad de tener cada vez más cosas, pero nadie nos avisa sobre las consecuencias de vivir en un mundo cada vez más material, pero con menos valor a lo humano.

    Por aquí, sigue el desafío de proponerles otras realidades, alternativas para poder relacionarnos con las ropas de forma más cuidadosa y con mucho amor.

    Poner lo mejor que tenemos, y lo mejor que tenemos es lo que llevamos dentro, para poder dar lo mejor, y así sea más divertido y fácil transformar, reparar, valorar a quiénes nos hacen las ropas, y valorar lo que realmente importa cuando hablamos de ropas.

    A veces, nuestras ideas van para adelante, otras veces no, es fácil perder la noción sobre todo lo que tenemos, pero llevar una vida más simple, vistiéndonos mejor, conforme a quiénes somos está en nuestras manos.

    Siguiendo con el desafío de ver lo que tenemos y no lo que nos falta, un consejito que podría ayudar es dejar las ropas que están en el ropero lo más visible posible, cuántas más puertas y cajones hay, más cosas vamos guardando ahí.

    Cuanto más escondido, más olvidamos. Y además, al organizar el ropero de una manera más visible, vamos a sentirnos un poquito más comprometidas de mantener el mínimo de orden para no perdernos en una montaña de ropas.

    Hacer una cita especial a solas con nuestro ropero y con espejo enfrente al final de casa estación es importante para organizar nuestra vida, de manera más práctica (en moda y tendencia las estaciones se dividen en dos, primavera verano, otoño invierno) para revisar lo que tenemos, lo que hay que coser, hacer ruedo, poner un botón, lo que necesitamos comprar y sobre todo si hay algún cambio que nos gustaría hacer para sentirnos y vernos mejor(vale un tratamiento en el rostro, en la mirada, las cejas, un corte de cabello, o simplemente darnos más seguido un tiempito a solas con nuestro interior).

    No necesitamos ropas nuevas todo el tiempo, pero si necesitamos una nueva mirada.

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