Amancebados

  • ¿Al altar o directamente a la casa?

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    La frase “vivimos en concubinato”, quedó a un lado para ser reemplazada, por “estoy en pareja” o “vivimos juntos” y en el último de los casos  “estoy acompañada”. Y la idiosincrasia del paraguayo mantiene el histórico  “amancebado” sobre todo en el lenguaje de nuestras abuelas. Pero todas estas frases son diferentes formas de decir lo mismo: que un alto porcentaje de personas actualmente apuesta al concubinato antes que llegar al altar. Al parecer es el mejor ensayo antes de obtener la libreta de familia.

    Nuestra cultura tradicionalmente cerrada en  ciertas situaciones mira de reojo la convivencia. Estar casados con todos los requisitos que guarda la ley a más de uno lo pone en aprietos.

    Un simple noviazgo quedo en el olvido en una generación que busca una responsabilidad más ligera que no incluya papeles ni muchos compromisos.

    En la mayoría de los casos el noviazgo sigue con quedarse a dormir, ir comprando elementos personales como el cepillo de dientes,  para después de unas semanas comunicar a los padres que decidieron vivir juntos.

    Durante años el concubinato fue motivo de debate  e inclusive de conflictos familiares por la negativa que genera.

    La iglesia católica en más de una oportunidad condenó esta práctica.  Igualmente y sin muchas complicaciones cientos de jóvenes decidieron convivir con sus seres amados. Existen parejas que llevan décadas juntos sin la necesidad de pisar un registro civil que avale con papeles el amor que se profesan.

    Un caso puntual se dio en la Argentina, que contempla un código que vincula la posibilidad de firmar pactos de convivencia, algo similar a los acuerdos prenupciales previstos. La propuesta habilita a regular los aspectos patrimoniales de la pareja. Los argentinos podrán determinar: cómo van a pagar las deudas, en qué casos dividir los bienes y  si existe una ruptura, analizar las maneras de administrar los bienes que adquieran durante la unión». Con estas reglamentaciones la unión deja de ser libre.

    En nuestro país más bien pasa por una cuestión de decisión que de reglamentación.

    ¡Si estas de novia la pregunta es para vos! ¿Casados o amancebados?

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