- marzo 9, 2022
Las molestas bolsas en los ojos pueden aparecer por haber dormido mal, aunque hay personas que las tienen de manera crónica. Existen dos tipos: las de agua, que suelen ser causadas por retención de líquido –pueden darse por haber dormido mal, ingerido comida muy salada, bebido alcohol o si se tiene alergia– y las de grasa, que suelen ser genéticas, y solo se eliminan con cirugía.
Además, conforme va pasando el tiempo, tanto los ligamentos como los tendones y la piel que cubren la almohadilla de grasa debajo del ojo comienzan a relajarse, haciendo más notable el abultamiento con la edad.
Si tus bolsas son el resultado de una hinchazón temporal por retención de líquidos, unos simples cambios diarios pueden ser claves para notar una mejoría.
1-Mejorá tus hábitos
-Descanso: dormir un mínimo de 7 horas, pero de calidad, y aunque para este caso colocarse boca arriba y con la cabeza ligeramente elevada es de gran ayuda.
-Alimentación: debe ser de calidad porque puede ser la causante de la retención. Limitá al máximo el consumo de sal, bebidas con gas y alcohol, y aumentá la ingesta de agua y de infusiones (cola de caballo, té verde e hinojo) que son drenantes y te pueden ayudar también si las colocás en la zona a modo de compresas, para lo cual conviene que les sumes hielo.
2- Elegí los activos cosméticos adecuados
La cafeína no es solo buena para movilizar la grasa corporal, sino que al ser vasoconstrictor es el activo perfecto para controlar la hinchazón del contorno de los ojos; al igual que ocurre con el extracto de té verde. Además, ambos ingredientes son antioxidantes, por lo que también protegen tu piel de los radicales libres.
3- Optá por las herramientas beauty en frío
El frío ayuda a contraer los vasos sanguíneos, reduciendo así la hinchazón. Podés aplicar un rodillo de jade, un contorno de ojos con aplicador metálico o los globos de masaje facial –previamente enfriados– en tu rutina de belleza diaria y pronto apreciarás los resultados.
La forma de usarlos es llevar la herramienta elegida desde la zona interior del ojo (lagrimal) hacia la exterior (rabillo), ya que este movimiento mueven el líquido acumulado hacia los ganglios linfáticos, que son los encargados de eliminarlo.
También ayuda la digitopresión sobre los tres puntos clave: la zona media inferior del hueso, el lagrimal y la esquina exterior. Hacé presión durante 10 segundos, tanto por la mañana como por la noche y luego, hacé unos golpecitos con la yema de los dedos, a modo de ‘tecleteo’, dirigiéndolos de dentro hacia fuera.