- mayo 2, 2013
“Princesas perfectas”, “Pro Anorexia” y “Pro Bulimia” son conceptos conocidos a través de la web que refieren a comunidades de chicas que se aconsejan sobre cómo hacer para no comer o comer menos, sobre cómo ocultar esto a sus familiares y sobre la mejor manera de vomitar para dañar menos sus dientes.
Romina Geli, psicóloga de la UAP nos presenta un análisis del serio problema que sufren las jóvenes hoy en día:
Debo confesarles que la moda de los “princesos” me hizo mucha gracia, entre mis tantas actividades doy clases de desarrollo del potencial humano a adolescentes y el otro día para hacerme la graciosa hablamos de que mis alumnos eran princesos, ellos explotaron de risa. Ellas quedaron raras. Y su rareza llamó mi atención.
Entonces decidí indagar sobre las princesas y navegando por la red me entero que son todo un movimiento a nivel “tribu urbana” que descienden directamente de las “Ana y Mia”, las ANA son chicas entre 12 y 20 años con diagnóstico de ANOREXIA y las MIA son chicas de entre 12 y 20 años con diagnóstico de BULIMIA, por debajo de ellas están las “Pro Ana” y las “Pro Mia” que usan los métodos de las pacientes sin estar tan enganchadas con la psicopatología, ya que, su psiquis no eligió la “distorción de la imagen” como su problema de cabecera, ya la psicopatología no se elige de forma consciente, te pasa no más, por eso es tan difícil verla en uno mismo, porque uno no sabe que eligió ella.
Las ANA y las Pro ANA se distinguen por una pulsera de cinta roja en la muñeca izquierda y las Pro Mia usan una pulsera de cinta violeta (lila) en la muñeca derecha.
Las princesas son las chicas de entre 12 y 20 años (estadísticamente) que simpatizan con las ANA y las MIAS y las Pro Ana y Pro Mia por que están convencidas de que para ser amadas deben ser extremadamente delgadas.
Me he topado con poemas y rezos a las diosas ANA y MIA que no me animo a retratar en esta página. Al leerlos se puede notar lo mucho que estas niñas sufren y sobre todo, lo espeluznante…es que fingen ser “normales”. Y más espantoso es que por tanta desatención del entorno (padres, docentes, amigos, adultos en general) ellas creen que nos engañan a todos, nos dicen lo que saben que queremos oír, fingen ser, fingen sentir.
Lo grave en fingir es que esa persona pierde la habilidad real y maravillosa de sentir de verdad, la costumbre de aparentar anestesia el alma.
No crean todo lo que sus hijas, sus mujeres, sus princesas digan. Un acto vale más que un millón de palabras y todas las imágenes juntas.
Consejos:
1. Cuide y controle la dieta en su casa, asegúrese viendo vos mismo comer a tus hijas al menos una vez por día en una cantidad “normal”
2. Para engañar al hambre se ponen a limpiar la casa o cuidar a los hermanitos, sospeche de tanta generosidad.
3. Usen todos el mismo tamaño de plato
4. Si su princesa fuma tabaco…sospeche.
5. Tardar demasiado tiempo comiendo.
6. Muchas horas de gimnasia.
7. Atentos al consumo desmedido de cafeína en café o coca zero.
8. Controle las páginas web a las que acceden sus princesas, hay demasiada información peligrosa online.
9. Si tenés una vida adulta y aún seguís luchando, decidí vivir, ¡busca ayuda hoy mismo! ¡DEJA DE NEGAR! ¡CONECTATE CON LA VIDA! ¡TU VIDA ES HERMOSA Y VOS YA SOS HERMOSA!
Los adolescentes sienten TODO, un millón de veces más sin el manual de acciones que ya tiene un adulto mayor de 30 años. Oímos a los niños hablar como adultos y pensamos que son grandes y ¡no lo son! ¡SON NIÑOS! ¡SON NIÑAS! ¡SON PRINCESAS! Anda más allá del discurso mamá, papá, marido…
Lic. Romina Geli
Psicológa clínica UAP
(0986) 35 92 30