Los senos, material sensible

  • Más que de la generosidad de la naturaleza y de la genética, la belleza de los senos depende de la atención que se le preste a lo largo de la vida.

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    El pecho y el escote tiene un gran poder de seducción, sin embargo, las estrías, el envejecimiento, los malos hábitos alimentarios, los cambios hormonales y la fluctuación de peso pueden deteriorar su belleza.

    El pecho, es una zona con pocas glándulas sebáceas, de piel muy fina y con apenas melanocitos, lo que la convierte en el lugar ideal para acomodarse arrugas transversales, impurezas, venitas, puntos rojos y blancos.

    Problemas estéticos al que se suman el embarazo y la lactancia, la flacidez o la radiación ultravioleta. El pecho, que está protegido por un ligero tejido de piel y suspendido de la base del cuello, requiere cuidados diarios para mantenerlo bonito y en su sitio.

    Prevenir su caída implica tonificar los músculos pectorales que se extienden como un abanico desde el final del rostro hasta los senos, su sosten natural.

    No se debe esperar a que las manchas, las arrugas o la flacidez se hayan instalado cómodamente en el escote para combatirlas. El Centro Felicidad Carrera aconseja, “además de hidratar muy bien esa zona y de protegerla del sol siempre, someterse, al menos un par de veces al año, a un tratamiento reafirmante con estimulación muscular y radiofrecuencia con el fin de recuperar la elasticidad de los músculos y de la piel”.

    Bien sujeto

    Para mantener el busto erguido no sólo hay centrarse en los pectorales y en el cuello, los músculos dorsales tienen mucho que decir en esta batalla. Una espalda curva deja caer el pecho. Es imprescindible adoptar una buena postura: espalda recta, hombros hacia atrás y omoplatos apretados.

    Con mucho o poco pecho, se debe de llevar siempre sujetador para evitar que la ley de la gravedad actúe sobre él. A la hora de elegir la lencería, lo más importante es acertar con la talla y el modelo apropiado para cada tipo de pecho, una tarea más difícil de lo que parece.

    “Ponga atención en el momento de comprarlo y guíese por la comodidad y la seguridad, más que por el diseño. El secreto está en que para determinar la talla de sujetador se debe de tener en cuenta tanto el contorno del pecho, que vienen marcado por un número (85, 90, 95?), como la profundidad de la copa, determinada por una letra (A, B, C?).

    Desestime todos aquellos que suban demasiado el pecho y marquen arrugas en el escote. Un buen sujetador no deja marcas ni los tirantes destrozan los hombros”, explica Francesc Puertas, responsable de la firma lencería Belcor Pharma. EFE

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