Limpieza facial: verdades y mentiras

  • Información para sacar mayor partido a los productos a aplicar sobre nuestro rostro.

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    Por Inmaculada Tapia

    Madrid, (EFE).- Sobre la belleza y cómo potenciarla hay cientos de mitos que no siempre son ciertos. Verdades y mentiras que conviene desentrañar para sacar el mayor partido a los productos a aplicar sobre nuestro rostro.

    Uno de los rituales esenciales para que los tratamientos penetren en la dermis tiene que ver con la limpieza facial,  un punto sobre el que las verdades y mentiras circulan con tal profusión que difícilmente sabemos cómo acertar.

    Leonor Prieto, directora científica de los laboratorios La Roche-Posay, indica que existe un amplio listado de “verdades y mentiras sobre la limpieza facial” que convierten a este ritual en un mal comienzo para la hidratación.

    El limpiador debe de estar formulado para respetar la integridad de la piel, eliminar las impurezas, las células muertas y respetar el manto ácido y el equilibrio fisiológico de la piel.

    “Lo más importante es que el producto sea un limpiador suave, con elementos calmantes y debe de estar formulado para aplicarse sin agredir a la piel, de forma que las impurezas se eliminen sin frotar”, señala Prieto, quien añade que es falso que las pieles sensibles no deban abusar de este tipo de productos por temor a una mayor irritación.

    La doctora advierte que es bueno utilizar, incluso dos veces, un tónico tras la leche limpiadora, pues juega un doble papel: elimina los restos de la leche y proporciona luminosidad, suavidad, frescor, calma y vitalidad.

    Los más acertados para las pieles grasas son los que llevan alcohol, aunque en una cantidad pequeña. “Hay que elegir el más adecuado al tipo de piel” y recomienda, en el caso de pieles sensibles, las aguas termales.

    Prieto desmitifica el hecho de que las leches limpiadoras favorezcan la aparición de granos. Cuando la piel tiene acné recomienda una “limpieza al agua”, geles espumantes o espumas que se eliminan con agua y dan sensación de pureza y frescor.

    Descarta el uso de exfoliantes para las pieles grasas, pues “las daña en profundidad”, aunque una vez por semana recomienda un “exfoliante mecánico” para dejar la piel más suave y lisa “lo importante es que arrastre las células muertas de forma eficaz, pero no agresiva”.

    Precisamente, una limpieza resulta eficaz cuando tras varias pasadas el algodón sale completamente limpio. Para desmaquillar cuanto menos agua mejor y en esos casos lo aconsejable es agua tibia. “Solo hay que mezclar con agua los productos limpiadores que así lo indiquen”.

    Por último, explica que las toallitas limpiadoras no resecan la piel, aunque no cumplen plenamente su función ya que “no contienen muchos elementos limpiadores” por lo que la limpieza no llega a ser completa. “Son recomendables en casos puntuales”, aunque las excluye para pieles sensibles. EFE

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