- septiembre 21, 2015
Niñas de entre 5 y 13 años invitan a sus amigas a celebrar un aniversario diferente en un spa, una moda en auge en Argentina que los psicólogos infantiles desaconsejan por generar «una sexualización precoz» de las menores.
Ya sea en salas especialmente preparadas para la ocasión o en su propio domicilio, entre las actividades propuestas a lo largo de dos horas y media se incluyen sesiones de maquillaje y peluquería, masajes, servicios de manicura y pedicura o desfiles de moda.
«Los impulsa a saltar momentos evolutivos y actividades que tienen que ver con la constitución del psiquismo y la subjetividad, y se los impulsa hacia algo, hacia una sexualización precoz que no están en condición de manejar», aseguró a Efe la licenciada María Inés Pastore, integrante del área de infancia de la Asociación de Psiquiatría y Psicología de la Infancia y la Adolescencia (Asappia).
Además, la experta y su equipo consideran que esta práctica «estimulada por los adultos» sin tener en cuenta la diferencia de edad y la preparación psíquica de las niñas, hace que las menores «ubiquen como prioritario el cuerpo».
Desde Asappia señalan que entre las consecuencias que pueden suponer a medio plazo para estas niñas se encontraría «la ansiedad por mantener ese cuerpo en perfectas condiciones» o la no aceptación del paso del tiempo.
Pastore defiende que las niñas han jugado a pintarse o imitar a sus mayores «toda la vida», pero «desde su forma infantil» y «desde sus posibilidades, sin «intromisión con formas adultas».
Para afrontar situaciones de conflicto en el seno familiar, la psicóloga infantil defiende el uso del diálogo para ofrecer a las menores alternativas acorde con a su edad.
Por contra, Romina Yñiguez, propietaria de una de las primeras firmas que comenzaron a ofrecer este servicio de entretenimiento infantil en Buenos Aires, «Ángeles y glamorosas», confirmó a Efe que «la propuesta de ‘Spa Party’ (fiesta en el spa) es la que más consumen» y reclaman las familias.
Ante un público «cada vez más exigente», Yñiguez asegura que deben agudizar su ingenio para ofrecer propuestas diferentes, pero asegura que «no hay nada nocivo» en estas sesiones, ya que son planteadas como juegos o talleres que, incluso, forman de manera lúdica a las más pequeñas en cuestiones como la higiene personal.
«Tratamos de hacerlo desde el lado del juego y no de la parte que incida en un estereotipo de modelo de mujer, para mí eso no existe», aseguró a Efe la propietaria de otra de las empresas que organiza este tipo de eventos, Eleonora Valladares, de «Fiesta de Princesas».
La clave está en hacer hincapié en «la diversión y el juego» sin la presión ni la «competencia de ver quién es la más linda», dice Valladares, quien pasó «de tener diez fiestas por mes a veinte o veinticinco. El doble en un año».
Los padres que contratan estas fiestas señalan que no hay nada dañino en ellas, como es el caso de Nadia Sosa, madre de una niña de seis años.
Su hija, tras haber participado previamente en una de estas fiestas, pidió celebrar su sexto cumpleaños en uno de esos locales, y ella accedió.
«Fue todo como un juego, era bien artístico y dirigido a niñas chiquitas. No era para nada de adulto», aseveró Sosa, quien considera la experiencia como muy satisfactoria, ya que las pequeñas realmente «lo disfrutaron». EFE