El peligro de las cirugías para adelgazar las piernas

  • Piernas de cigüeña, una moda de cuidado

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    Las famosas marcan moda y las adolescentes son las más propensas a seguirla, en ocasiones, sin pensar en su salud. Un claro ejemplo es la nueva tendencia a tener piernas muy delgadas, al grado de ser llamadas “de cigüeña”. Reproducimos esta nota de Brenda Molina de EfeSalud que advierte de una moda europea que puede llegar a los países latinoamericanos como el Paraguay, donde muchas mujeres a menudo recurren a la cirugía plástica.

    Este fenómeno ha derivado en consultas con el cirujano plástico para pedir la reducción de la parte superior de estas extremidades a niveles poco saludables, tal y como lo cuenta Moisés Martín Anaya, cirujano plástico, reparador y estético.

    “Todo son modas de imitación y las adolescentes pasan por una etapa muy vulnerable en donde su imagen corporal no está completamente perfilada. Esto las lleva a interiorizar mal los modelos que se muestran en los medios de comunicación”, explica el experto.

    De acuerdo con él, cada vez son más jóvenes las chicas que se preocupan por su aspecto físico pues, en su experiencia, ahora hasta las niñas de 12 o 13 años ya están buscando cómo lucir igual que las estrellas de cine o la televisión, para bien o para mal.

    Antes de operar… preguntar

    Cuando un caso así llega al consultorio de un experto, lo primero que se debe hacer es plantearle a la paciente que la cirugía no es siempre la opción para su problema.

    “En el momento en que te expresa sus deseos o expectativas, es donde está la labor fundamental del cirujano. Ni es nuestro objetivo, ni nos lo dice nuestro juramento hipocrático, que tengamos que operar todo lo que entra a nuestra consulta”, subraya Martín Anaya.

    La primera clave para detectar que la paciente busca cambiar su aspecto por moda es cuando llega y dice “quiero parecerme a…”. Esa es la frase que activa la alerta del especialista.

    “Mi especialidad no puede vivir de las modas porque si fuera el caso, entonces todas las que se operaron en los 80 o 90 tendrían que volverse a operar porque lo que llevan ya no se usa”, señala el cirujano.

    En circunstancias así, conviene trabajar en conjunto con un psicólogo, pues estos deseos de extrema delgadez pueden llevar a problemas graves como anorexia.

    “No debes limitarte a decir ‘no’, porque sabes que esa paciente irá a otro especialista hasta que consiga un ‘si’. Tienes que buscar un equilibrio para no perder a la paciente y poderla orientar a otros especialistas”, detalla Anaya.

     

    Cuando sí operar

    El médico valora cada uno de los casos que llegan a su consultorio y decide qué casos son los que sí se pueden resolver con bisturí.

    “Si realmente tiene cúmulos grasos o lo que se conoce como pistoleras, que son muy comunes en las mujeres. Si ves una desproporción de esa zona con el resto del cuerpo, o al caminar resulta molesto para la paciente y hasta hay enrojecimiento de la zona, la indicación es una intervención quirúrgica”, afirma el cirujano estético.

    Los padres ¡alerta!

    Una cirugía plástica no va a hacer feliz a una adolescente que no se siente cómoda con su cuerpo y la va a llevar a extremos que le harán daño por eso; es importante que los padres estén al tanto de los modelos que sus hijas siguen y qué tanto las afectan en su forma de comportarse.

    “Una intervención no va a resolver algún problema que esté más allá de hacer una parte de nuestro cuerpo más armónica. Nuestra felicidad no va a depender de que nos veamos mejor o peor y es importante que lo sepan, tanto los padres, como las jóvenes que quieren operarse”, asegura Martín Anaya.

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