- agosto 14, 2015
Los colores marcan el estado de ánimo, son un reflejo de lo que sentimos y vivimos, una manera de demostrar a los demás, a veces de manera inconsciente, cómo nos sentimos. Y el color con el que pintamos nuestras uñas también dicen mucho de nosotras.
Ya en la antigua Grecia se estudiaba cómo afectaba el color al estado de ánimo. Aristóteles fue el pionero en estudios sobre este tema, tiempo después Leonardo da Vinci y Newton realizaron importantes aportaciones.
Ahora, la firma Yves Rocher quiere recupera la vertiente psicológica de color como una manera de que las mujeres expresen sus emociones en función de la tonalidad elegida en su manicura, “Speaking Colors”, dice mucho sobre ello.
En un repaso por la historia nos damos cuenta de que el color siempre ha estado cargado de simbolismo, pero gracias a la Teoría del Color y a la Psicología del Color se descubrió que cada uno de ellos guarda una interpretación subjetiva, vinculada también al ambiente socio-cultural en el que los captamos.
Cuatro estados de ánimo: divertida, sexy, roquera y soñadora son en los que se concentra la firma francesa para lanzar sus nuevas lacas de uñas. Sin embargo, la colección Esmaltes Color Vegetal está compuesta por 40 tonos diferentes y 10 esmaltes efecto gel. Lacas formuladas a partir de resina de elemí brillante para conseguir un resultado uniforme.
La psicóloga emocional, Ciara Molina, explica que nos pintamos las uñas “por una cuestión meramente estética, que guarda relación con llamar la atención sobre las manos, dado que es una zona muy sensual del cuerpo que proporciona mucha información no verbal sobre la edad de la persona y los cuidados que mantiene”.
La experta también aclara que “las mujeres debemos tener muy claro que las uñas indican mucho de nuestra personalidad”.
La comunicación no verbal es el 80% del mensaje, “cómo nos vistamos y cómo nos maquillemos dirá mucho de cómo somos”, matiza la psicóloga.
¿Entrevista de trabajo o cita?
No es lo mismo una entrevista de trabajo o en una cita, en cada uno de los casos elegiremos un tono, según lo que queramos transmitir, “más atrevidos o más cálidos”, pero la experta aconseja que, en ambos casos, debemos ser siempre “fieles a cómo somos, debemos ser genuinos y no aparentar lo que no nos identifica”.
Molina asegura que la elección del color no es algo aleatorio “tiene mucho que ver con la experiencia que hemos mantenido con ese tono”, y añade que hay una relación “emocional” con él.
Todo depende de la experiencia positiva o negativa que hallamos mantenido. En función de ello “la memoria nos recuerda la sensación cuando observamos ese tono. Aprendemos el color a través del lenguaje y el pensamiento”.
La colección de Yves Rocher concentra en cuatro colores básicos su nueva colección: rojo, amarillo, azul y verde.
En este sentido, el color azul, el de la simpatía, la armonía, la amistad y la confianza, es el que más adeptos recluta, independientemente del sexo y la edad. “No hay ningún sentimiento negativo en el que domine el azul, sin embargo, curiosamente, en China es un tono poco valorado”, indica la especialista.
El rojo se cree que fue el primero en recibir un nombre, es cálido y se asocia al valor, la actividad y la fuerza. “Es el color de la alegría, de lo atractivo, del deseo y la felicidad”, argumenta Ciara Molina.
El verde es un color muy neutro, que simboliza la vida y la salud, y que está vinculado a la “naturaleza”. Es el tono de la juventud, de la esperanza, la seguridad y el recogimiento. “Aunque junto al negro trae los designios más negativos de la destrucción”, manifiesta la experta.
El amarillo es el tono que prefieren los mayores a los jóvenes. “Es el color del optimismo, del placer y la amabilidad”, dice Molina, cualidades que, en contraposición, “también comparte con sentimientos como la desconfianza, la envidia, el egoísmo, la avaricia o la mentira”. EFE