- agosto 30, 2019
El dolor en los pies puede aparecer por cualquier motivo. Revisá diariamente a fin de combatir enrojecimientos, ampollas, o lastimaduras que generan los zapatos.
Muchos no le dan importancia hasta que aparecen los dolores en los pies. Algunos calzados cerrados en invierno causan ampollas, grietas y enrojecimientos. Se recomienda cuidar y prevenir cualquier tipo de signo que requiera atención especializada.
El dolor se debe a múltiples causas como el sobrepeso, pies planos, deformidades en la estructura por juanetes, artritis y uñas encarnadas.
Para su diaria atención:
- Lavá diariamente con jabón neutro y agua tibia, no más de 38°C. Usá calzados cómodos.
- Cortate las uñas toda vez que sea necesario. Las uñas deben cortarse en forma recta y no demasiado cortas.
- Bajá de peso, si estás excedido. Si sos diabético, consultá con tu médico toda vez que aparezcan lesiones, manchas, llagas o hinchazón. Tené especial atención al curarte una lastimadura. Evitá las infecciones.
- Dormí con los pies un poco más elevados que las rodillas, así activarás la circulación de retorno.
Remedios caseros contra el dolor:
1. Baño de pies:
Colocá en un recipiente agua tibia y agregá sal. Masajeá suavemente y aplicá agua fría. Esto hará que la circulación de la sangre se active. Secá bien los pies, especialmente entre los dedos. Al final aplicá una crema suavizante (nunca entre los dedos), talco o polvo especial.
2. Baño con jengibre:
Rallá una buena cantidad de jengibre en aproximadamente dos litros de agua hirviendo. Cuando esté tibia, introducí los pies y masajeá. Esto te ayudará a activar la circulación.
El castaño de Indias es útil para mejorar la circulación sanguínea y eliminar la inflamación. Aplicá en forma de compresas o cremas. Podés reemplazarlo por aceite esencial de romero, que también es antiinflamatorio. Si al agua tibia le agregas unas gotas de esencia de menta, aliviarás el ardor y los refrescarás.
Los ejercicios, también, ayudan a aliviar el dolor en los pies:
– Colocá una pelota de tenis en el piso, apoyá la planta de tu pie sobre ella, y hacé rodar masajeando el arco del pie, desde el talón a la punta.
– Acostado o sentado en el piso, con las piernas estiradas y la punta de tus pies hacia arriba, estíralos hacia adelante y volvé a la posición inicial. En la misma posición, girá los pies a modo de hacer círculos, lo más amplios que sea posible.
– Con los pies descalzos, sentado, flexioná los dedos como si quisieras agarrar algo con ellos, tomá una toalla, o una pelotita.