Timothy Spall, el eterno secundario

  • El británico Timothy Spall brilla como nunca antes en «Mr. Turner», donde aprovecha la paleta que le brinda su director fetiche, Mike Leigh, para dar vida al pintor J.M.W. Turner en una interpretación que, tras depararle el premio al mejor actor en Cannes, podría llevarle a los Óscar.

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    «Es un honor y una delicia estar en esa conversación», dijo el intérprete londinense, de 57 años, en una entrevista con Efe. «Es muy fácil sentirse halagado sobre esa posibilidad y dejarse llevar por la ilusión de que ocurra», agregó.

    Los expertos le colocan entre los favoritos en la categoría de mejor actor, junto a nombres como Michael Keaton («Birdman), Benedict Cumberbatch («The Imitation Game»), Steve Carell («Foxcatcher») o Eddie Redmayne («Theory of Everything»).

    Pero Spall prefiere darle la vuelta al debate y dejar que los elogios sobre su trabajo beneficien directamente a la película.

    «Desde un punto de vista práctico, los galardones incrementan el interés del público por la película, así que todo lo que ocurra en ese sentido es positivo», sostuvo Spall. «Sin un gran estudio detrás», admitió, «es difícil llegar al espectador».

    Sin embargo, la cinta ha conseguido un enorme éxito en Inglaterra por ahora, logrando más de 4 millones de dólares en apenas 10 días, lo que supone la mayor recaudación para una película de Mike Leigh, el realizador de obras como «Secrets & Lies» (1996), «Vera Drake» (2004) o «Happy-Go-Lucky» (2008).

    «Se ha convertido en un fenómeno», reconoció Spall, conocido especialmente por sus apariciones en la saga de Harry Potter y por obras como «The King’s Speech» (2010), «The Damned United» (2009) o «Sweeney Todd» (2007). «Estoy encantado, pero realmente no sé cómo lo hemos logrado», sostuvo.

    Spall entiende que no es una película sencilla de ver por su ritmo pausado y su extensa duración (150 minutos), pero cree que en Inglaterra han coincidido una serie de factores que han provocado una especie de fascinación renovada por la figura de Turner.

    En su opinión, la reciente exposición del National Maritime Museum, centrada en los paisajes marítimos del pintor, así como la necesidad de la sociedad británica de valorar adecuadamente a uno de sus grandes prodigios, ha logrado atraer a un público nuevo a las salas.

    «A veces, personajes del pasado, de repente, renacen. Y esta película ha prendido la mecha a la hora de reconocer de nuevo a este artista, que pasa por ser uno de los más grandes que haya visto el mundo», indicó. «Este éxito es maravilloso», manifestó Spall, «y significa que, gente que normalmente no iría a ver este tipo de cine, acude en esta ocasión. Eso me enorgullece aún más».

    El filme cubre 25 años de la vida del pintor, desde su máximo esplendor hasta la decadencia de la incomprensión por tratar de ir más allá de su tiempo en su obsesión de querer capturar y expresar el mundo tal y como lo veía.

    Spall, que ofrece un retrato de un hombre arisco, parco en palabras y cuyos diálogos se reducen prácticamente a gruñidos, dedicó más de dos años a aprender a pintar con lecciones dos o tres veces por semana.

    «Estoy muy orgulloso de la película», admitió. «No puedo ser objetivo con mi propio trabajo, pero veo el de mis compañeros, que es brillante, y quiero que a la cinta le vaya lo mejor posible. A veces haces películas que no sabes si lograrán una reacción del público», confesó, «pero ésta lo está consiguiendo, y de qué manera».

    Falta comprobar si «Mr. Turner» logra atraer de la misma forma al público estadounidense a partir del 19 de diciembre, fecha en la que llegará a algunas salas de Los Ángeles y Nueva York, pero Spall considera que en EE.UU. existe «una ola de buenos deseos» hacia la película.

    «El tiempo dirá. Al final la cinta es un análisis de la personalidad, extraña y altamente inusual, de este artista mundialmente conocido. Creo que todos sentimos curiosidad por saber cómo era ese artista que todos admiramos», finalizó. EFE/Antonio Martín Guirado.

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