Robin Wright estrenó el año con el Globo de Oro como mejor actriz en serie dramática por su papel en «House of Cards», donde da vida a Claire, la ambiciosa esposa del congresista Francis Underwood, una mujer independiente, de carácter fuerte y que no se detiene ante nada.
Puede que el personaje de Claire se parezca un poco a la nueva Wright, decidida e independiente. La actriz forjó un prometedor arranque de su carrera cinematográfica con títulos como «The Princess Bride» (1987), pero quedó eclipsada por su matrimonio con Sean Penn (1996-2010) y no volvió a recuperar el pulso hasta llegar a la serie de intrigas y enredos políticos y periodísticos.
Wright le da la réplica en pie igualdad, nada menos que a Kevin Spacey, ganador de dos Óscar, que además fue quien la convenció para aceptar el papel de Claire en «House of Card». Cuando la actriz recogió el Globo de Oro no dudó en reconocerlo: «Me dijo que sería capaz de crear ese personaje. Gracias Kevin».
Pero el 2014 no solo le trajo a la actriz uno de los premios más importantes de su carrera, sino que también, cada día que pasa, su relación con el actor Ben Foster parece más sólida. Ella 47 años y el 33. Wright se suma así a la cada vez más nutrida lista de «celebrities» femeninas que ponen en su vida a un hombre más joven.
Hasta ahora las parejas de edad «desequilibrada» parecía territorio exclusivo de hombres «maduritos», pero las tornas están cambiando y una mujer en los 40 o más, pisa fuerte y sigue atrayendo a hombres de cualquier edad. Buena prueba de ello son Madonna, Hellen Mirren, Jennifer López o Julianne Moore, por citar solo algunas de un «club» al que se unió Robin Wright.
¿TERCERA BODA?
La actriz se acaba de comprometer con Ben Foster a quien conoció durante el rodaje del drama policial «Rampart», en 2011, en la que ambos participaron. Foster, que trabajó en «X-Men: The Last Stand», tiene en cartera una película en la que da vida al ciclista estadounidense Lance Armstrong, en la que se narra su exitosa carrera profesional y su posterior caída en desgracia por el dopaje.
La pareja anunció su compromiso el pasado día 10, el día antes de la gala de los Globos de Oro, y ella lució su anillo de compromiso muy orgullosa cuando ambos acudieron a la inauguración de la exhibición de Diane von Furstenberg, «Journey of a Dress».
De llegar a buen puerto este compromiso sería la tercera boda para «la princesa prometida», que estuvo casada por primera vez, entre 1986-1988, con el actor Dane Witherspoon.
Sin embargo, fue Sean Penn el hombre que más ha marcado su vida amorosa hasta ahora, a quien dio el «sí quiero» en 1996 -en aquel momento ya tenían dos hijos (Dylan y Hopper)- y de quien se divorció en 2010, tras una unión jalonada por algunas rupturas y reconciliaciones, que les llevaron a presentar y retirar los papeles del divorcio hasta el fin definitivo hace cuatro años.
Un año antes del divorcio, la actriz estadounidense aseguraba en una revista que el amor por sí solo no es suficiente para mantener un matrimonio, sino que se necesita «una gran dosis de trabajo diario» para conservarlo vivo.
«La clave para que un matrimonio funcione es la comunicación. Hay que evitar comportarse a la defensiva y hay que dejar que la otra persona se explique para conseguir una comunicación de ser humano a ser humano, no de hombre a mujer o viceversa», decía la actriz, quien seguramente tenga ocasión de poner en práctica estos consejos en breve.
En síntesis:
— El personaje de la implacable Claire Underwood le ha dado a Wright el premio más importante de su carrera hasta ahora: el Globo de Oro a la mejor actriz en serie dramática.
— La relación entre Robin Wright (47 años) y el actor Ben Foster (33) parece cada día más solida, hasta el punto de que acaban de comprometerse.
— El matrimonio más largo de la actriz fue con Sean Penn, aunque el actor eclipsó su carrera.
Carmen Rodríguez/EFE-Reportajes