- abril 1, 2014
La larga lista de primeras damas latinoamericanas deseosas de emular a sus esposos en la política sigue creciendo y, a falta de despejar la incógnita de si la peruana Nadine Heredia aspirará a la Presidencia de su país, se suma el nombre de Marta Linares, candidata a la Vicepresidencia de Panamá.
Ana Mengotti
La esposa del presidente panameño, Ricardo Martinelli, aspira a repetir el 4 de mayo el éxito de una fórmula, no exenta de críticas, usada en República Dominicana en 2012.
Linares tiene posibilidades de llegar a la Vicepresidencia como compañera de fórmula del candidato presidencial oficialista, la misma vía que usó la hoy vicepresidenta de República Dominicana, Margarita Cedeño, esposa del tres veces presidente Leonel Fernández y ahora «número dos» en el Gobierno de Danilo Medina.
Al igual que ocurrió en 2012 en República Dominicana, los críticos de Martinelli, que no puede ser candidato, afirman que se trata de una reelección encubierta y alegan que hay impedimentos constitucionales para que Linares sea candidata a la Vicepresidencia, pero el Tribunal Electoral ha desestimado ese argumento.
El candidato oficialista panameño José Domingo Arias, del que Linares es compañera de fórmula, es, según las últimas encuestas, el favorito para ganar las elecciones con un 37 % de apoyo, aunque bajó dos puntos en una semana.
Cuando se anunció la candidatura de Linares a la Vicepresidencia, en enero pasado, ella declaró: «durante estos cinco años he trabajado de forma responsable y silenciosa».
Nada silencioso ha sido el trabajo de Nadine Heredia, la esposa del presidente peruano, Ollanta Humala, al que aventaja en popularidad, según algunas encuestas.
Su supuesta injerencia en asuntos gubernamentales ha sido el origen de varias crisis políticas, la última en marzo, cuando el Parlamento se resistió a dar a la primera un voto de confianza al Gabinete de ministros.
La propia suegra de Nadine, Elena Tasso, ha hecho comentarios en contra del protagonismo de la esposa de su hijo Ollanta: «Yo sé que la mujer siempre debe apoyar al esposo, pero discretamente».
Entre los admiradores de la popular Nadine, que es presidenta del gobernante Partido Nacionalista, está el escritor Mario Vargas Llosa, quien hoy señaló que «ya es hora que Perú tenga una presidenta mujer» y ella tiene «condiciones absolutamente magníficas» para serlo.
El autor de «La casa verde» cree, sin embargo, que Heredia no debería ser candidata presidencial en 2016, dado que está impedida por la legislación electoral por ser familiar directo del mandatario saliente, pero sí en 2021.
El presidente Humala ha defendido la labor y las condiciones políticas de su esposa.
El país de América Latina con más tradición de «tándem» presidencial es Argentina.
Primero fueron Juan Domingo Perón y «Evita» y luego otra vez Perón junto a su tercera esposa, Isabel Martínez, que en 1973, como su compañera de fórmula, fue elegida vicepresidenta. En 1974, tras la muerte de él, se convirtió en presidenta.
Después vinieron Néstor Kirchner y Cristina Fernández.
Kirchner, fallecido en 2010, fue presidente de 2003 a 2007 y luego le tocó el turno a ella, que está en la segunda parte de su segundo mandato presidencial consecutivo.
Como líder del Partido Justicialista (PJ, peronista), Kirchner fue quien eligió a su esposa como candidata para las elecciones de 2007.
Xiomara Castro, que fue primera dama de Honduras de 2006 a 2009 como esposa de Manuel Zelaya, fue la segunda candidata más votada en las últimas elecciones presidenciales en ese país, en 2013.
Zelaya, derrocado por un golpe de Estado en 2009, no podía ser candidato, pues en Honduras no se permite la reelección.
La primera dama nicaragüense, Rosario Murillo, no ha necesitado ser candidata electoral para tener poder.
Su esposo, el presidente Daniel Ortega, que en 2011 ganó un tercer mandato en las urnas de manera muy cuestionada, ha delegado el 50 % del poder en ella, que ejerce como primera dama y portavoz del gobierno y en la práctica hace el papel de ministra de la Presidencia.
Un caso aparte es el de guatemalteca Sandra Torres, que fue primera dama y se divorció de Álvaro Colom cuando él era presidente para evadir el mandato constitucional que prohíbe a los parientes de mandatarios, incluidos esposos y esposas, postularse a la Presidencia.
La justicia le impidió pese al divorcio presentarse a las elecciones de 2011. EFE