- mayo 9, 2015
Jane Fonda jamás imaginó la revolución que Internet supondría para la industria de Hollywood, según dijo a Efe, y mucho menos que a los 77 años formaría parte de ese cambio de paradigma con una serie que, en sí misma, desafía las convenciones de los contenidos que triunfan en «streaming».
La veterana actriz ganadora de dos Óscar (Klute, 1971, y Coming Home, 1978) estrena el 8 de mayo en Netflix la comedia Grace and Frankie, 13 capítulos de media hora sobre dos mujeres de la tercera edad que de la noche a la mañana tienen que replantearse su vida cuando sus respectivos maridos salen del armario.
«Si alguien me lo llegaba a decir cuando empecé mi carrera, habría dicho que estaba loco», aseguró la hija del legendario Henry Fonda cuyos comienzos en la meca del cine coincidieron con el «boom» de la pequeña pantalla en EEUU, en plena década de 1960.
«Los estudios estaban aterrorizados porque la televisión iba a terminar con las películas», recordó con ironía Fonda, recostada en un sofá con los pies sobre una mesa, mientras acariciaba el lomo de su mascota Tulea, un Cotón de Tuléar que soportó la jornada de las entrevistas de su dueña con admirable parsimonia.
Medio siglo después es la distribución por la red la que pone en jaque el status quo del sector, el mismo en el que Fonda había tratado de poner en marcha durante años una serie sobre «la realidad de hacerse mayor» contado desde el punto de vista femenino, proyecto que no terminó de fructificar.
Su plan, no obstante, llegó a oídos de la productora Marta Kauffman (Friends), quien le ofreció liderar Grace and Frankie junto con su amiga Lily Tomlin (Nashville, 1975) con quien mantiene una amistad desde que ambas rodaron la comedia Nine to Five (1980).
«Me encantó la idea. No ya una mujer, sino dos mujeres encarando algo que le pasa a mucha gente. Tú crees que entiendes tu vida y de repente te retiran la alfombra bajo tus pies y tienes que descubrir cuál es tu nueva identidad», explicó Fonda.
La comedia está coprotagonizada por Martin Sheen (The West Win) y Sam Waterston (Law & Order), que encarnan a los respectivos esposos de Grace (Fonda) y Frankie (Tomlin) que tras décadas ocultando su relación deciden confesar su amor públicamente para pasar juntos los últimos años de su vida.
Grace, preocupada por su estatus y su imagen, es una mujer acostumbrada a mantener las formas, una personalidad que contrasta con la «hippie» Frankie, con quien terminará por hacer una buena amistad a pesar de sus diferencias.
Para Fonda, la serie no solo aborda la homosexualidad, también tiene un trasfondo feminista.
«(Las mujeres) no deberíamos dejar de ser quien somos o sentir que para estar bien tenemos que estar vinculadas con cierto tipo de hombre y puedo decir esto porque así fui yo durante mucho tiempo. (Parece que) si no estoy casada con un macho alfa no valgo, y Grace tiene algo de eso. Frankie trata de guiarme hacia la luz», apuntó.
El hecho de que la serie se estrene en una plataforma en Internet en vez de en un canal de televisión tradicional es para la actriz una decisión acertada porque no se trata de una telecomedia al uso, de risas enlatadas.
«Nosotros somos más reales, muy emotivos, y poder hacer un maratón de capítulos encaja perfectamente con esta serie. Puedes ver la primera temporada en seis horas y media», manifestó Fonda, a la que el programa, su primera telecomedia como protagonista, le supuso un esfuerzo.
«Tienes un director distinto cada episodio, muchos guionistas diferentes. Ahora estoy más preparada para aportar ideas pero la primera temporada fue para mí un aprendizaje», comentó.
Nada se sabe aún sobre una segunda temporada de Grace and Frankie, una serie que a priori parece que podría sintonizar mejor con una audiencia entrada en años que sigue prefiriendo la televisión por cable a los sistemas por Internet.
Un estudio realizado en agosto de 2014 por comScore concluyó que un 83% de los espectadores mayores de 55 años son ajenos al «streaming», más propio de la audiencia menor de 35 años.
En ese sentido, Grace and Frankie supone una apuesta de Netflix por llegar a un tipo de público de más edad que tiende a adoptar muy lentamente los cambios tecnológicos, aunque ese no sea el caso de Jane Fonda.
«Yo me pego atracones de series. Vi la primera temporada de House of Cards en un fin de semana, la segunda lo mismo. Mis otros programas preferidos, Empire, Masters of Sex y Homeland, los grabo y luego los veo seguidos pasando rápido los anuncios», confesó. EFE