- julio 22, 2015
Willem Dafoe cumple hoy sesenta años, gran parte de los cuales ha empleado en deslizarse bajo la piel de incontables personajes en el cine, el teatro e incluso los videojuegos, una muestra de las aristas que forman al poliédrico actor que se inició rodando una película pornográfica en el colegio.
El actor contaba en el año 2009 al periódico británico The Guardian que empezó sus andanzas en el mundo de la interpretación rodando una película pornográfica en el colegio. La hazaña le valió la expulsión, pero que no aplacó su ansias de interpretación, volcadas a partir de entonces en el menos pedregoso terreno del teatro.
Formado en el teatro experimental, fundó su propia compañía, The Wooster Group, con su primera mujer.
Tras las cortinas
A pesar de los reclamos del cine, los escenarios le siguen embaucando de vez y cuando e incluso le llevaron al Teatro Real de Madrid en el año 2013 con una especie de vanguardista teatro musical sobre la vida y -fingida- muerte de la artista serbia Marina Abramovic, protagonizada por ella misma.
Dafoe, más parecido al Joker de “Batman” que nunca, se mostraba en la obra socarrón y enloquecido a partes iguales, actuando como “facilitador” del espectáculo y narrador de un trepidante relato.
En el cine, sus marcados rasgos y su mirada inquietante lo hicieron perfecto para papeles de villano, encarnando a la perfección un chupasangres en “La sombra del vampiro”, la encarnación del mal en “Corazón Salvaje” o al antihéroe Duende Verde en “Spiderman”, una característica apariencia que ya había estado a punto de valerle el papel de Joker -finalmente adaptado por Jack Nicholson- en la saga del hombre murciélago dirigida por Tim Burton a finales de los 80.
El director Martin Scorsese encontró, en cambio, en el duro rostro de Dafoe el perfil perfecto para interpretar a Jesús de Nazaret en la polémica película “La última tentación de Cristo” que, junto con “Platoon” y “El paciente inglés”, lo posiciono como actor de éxito en la taquilla.
Entre el “blockbuster” y el “indie”
Lejos de los grandes estudios, Dafoe se ha distinguido por su intervención en proyectos del cine independiente como “Cry Baby” de John Waters, “Tan lejos tan cerca” de Wim Wenders, o “Basquiat” de Julian Schnabel.
En ocasiones también se le ha etiquetado en la manida categoría de “secundario de lujo”: ha sido mafioso en “Vivir y morir en Los Ángeles”, marido atormentado en “Anticristo”, detective en “American Psycho” o incluso la voz de Gill, uno de los peces de la película de animación infantil “Buscando a Nemo“.
Sus papeles de secundario le valieron dos nominaciones a los premios Óscar como “Mejor actor de Reparto”, unas candidaturas que no acabaron en un premio de la academia de Hollywood, aunque el estadounidense sí alzó el premio Donostia, otorgado por el festival de cine de San Sebastián, como reconocimiento a su carrera.
Pequeña y grande pantalla
Este año Dafoe interpreta en la gran pantalla al asesinado director de cine Pasolini, prestando su rostro anguloso, tan parecido al original, al realizador italiano.
Entre sus últimos proyectos del actor también se encuentra el videojuego “Beyond: Two Souls“, con la actriz Ellen Page, donde sigue explorando nuevos campos interpretativos poniendo voz y cara – digital- a uno de los personajes.EFE