- octubre 5, 2013
«Nuestra investigación confirmó que los koalas se albergan durante el día en árboles distintos al eucalipto que lo alimenta de noche», explicó Mathew Crowther, biólogo de Universidad de Sídney y responsable del estudio.
A medida que aumenta la temperatura durante el día, estos emblemáticos animales de Australia tienden a buscar árboles más grandes y con un follaje más denso, de acuerdo a esta investigación de tres años sobre el comportamiento de unos 40 koalas que habitan una zona rural del estado australiano de Nueva Gales del Sur.
«Los koalas estudiados también mostraron una preferencia por árboles en zonas más bajas como los barrancos, que son generalmente más frescos que los árboles de los valles abiertos o las cumbres», acotó Crowther en un comunicado.
Los koalas convierten en sus hogares una serie de árboles que visitan regularmente y cuyo tamaño depende de la calidad del hábitat, el sexo, la edad y la jerarquía que ocupe entre sus congéneres.
Pero es poco frecuente que estos marsupiales acudan a los espacios de sus compañeros si no es para aparearse, según la Fundación Australia para los Koalas (AKF, por sus siglas en inglés).
Además, el koala, que es un animal muy delicado y especialmente sensible a cualquier cambio en el medio ambiente, permanece unas 20 horas al día dormitando para conservar energía, mientras que las horas restantes las utiliza para ingerir hasta un kilo de hojas cada noche.
Aunque existen 600 variedades de eucalipto, el koala solo se alimenta de algunas de ellas y para cobijarse durante el día del calor no es tan selectivo como en su nutrición y prefiere especies nativas como las casuarinas o los braquiquitos.
El koala (Phascolarctos cinereus), que en lengua aborigen significa «sin beber» en alusión a que el 90 por ciento de su hidratación provienen de las hojas de eucalipto que come, está considerado como especie amenazada o vulnerable en la costa este de Australia.
Sus principales amenazas son el cambio climático, la pérdida de su hábitat por la expansión urbana y la enfermedad de la clamidia, una bacteria que produce lesiones en los genitales y los ojos de los koalas causándoles infertilidad, ceguera y los consume lentamente hasta la muerte.
La factura de estos cambios la pagan también los koalas que padecen de ansiedad, deshidratación por las largas exposiciones a temperaturas altas, que incluso les puede causar la muerte.
Según la investigación de la Universidad de Sídney en el que se observó que un 25 por ciento de estos marsupiales estudiados fallecieron durante la ola de calor registrada en 2009. EFE