- febrero 15, 2015
Sesenta y cinco años después de que Walt Disney estrenara su «Cenicienta», la Berlinale recibió con los brazos abiertos el clásico cuento de hadas renovado bajo la batuta de Kenneth Branagh y con un impresionante elenco de carne y hueso.
«Cenicienta» se hizo con el Oso de Oro al mejor musical en la primera edición del Festival de Cine de Berlin, en 1951, pero en esta ocasión la nueva producción de Disney, incluida en la sección oficial, no compite por los galardones.
Ello no impidió que desembarcaran en la capital alemana todos sus protagonistas, encabezados por Branagh, Lily James (Cenicienta), Cate Blanchett (la malvada madrastra), Helena Bonham Carter (el hada madrina) y Richard Madden (el príncipe).
«Era demasiado vieja para ser Cenicienta y no lo suficientemente divertida como para ser el hada madrina», bromeó Blanchett, indiscutible estrella en la cinta y en la rueda de prensa organizada para presentar una película.
Con algunos retoques respecto a la historia original y un vestuario fabuloso, la tierna «Cenicienta» de Branagh recupera para el gran público la esencia de este cuento de amor y esperanza, con toques de humor y destacados efectos animados de la factoría Disney.
Branagh elogió el «excelente guión» de Chris Weitz y subrayó el reto de «renovar» una historia de grandes sentimientos y emociones sin caer en el sentimentalismo, reflejando desde la crueldad entre las mujeres, al derecho de una persona al amor.
La historia, al margen de pequeñas innovaciones, sigue el relato clásico de una joven, Ella, que vive feliz hasta que muere su madre y su padre se casa de nuevo, poco antes de fallecer.
Comienza así el tormento de su vida bajo las órdenes de su madrastra y sus hermanastras Anastasia (Holliday Grainger) y Drisella (Sophie McShera), hasta que todo cambia con la aparición de su hada madrina y de su príncipe azul, que cumplen la profecía de su madre y el edulcorado mensaje de la cinta: todo puede conseguirse con «valor y amabilidad».
Podía haber sido la historia de amor que todos conocemos, pero «no hay nada bidimensional» en la película gracias al talento de Branagh y al trabajo de los actores, aseguró Bonham Carter, que interpreta a una divertida hada primero mendiga y después princesa, cargada de luces.
Y gracias también al guión y a los diálogos, recordó Blanchett disfrutando de su papel de pérfida y malvada madrastra, cruel hasta con sus adoradas e inútiles hijas y carcomida por los celos ante la inocencia y bondad de su hijastra.
La Berlinale fue uno de los primeros festivales para la actriz y en esta 65 edición se presenta en él por partida doble: «Cenicienta» y «Knight of Cups», cinta de Terrence Malick protagonizada por Christian Bale y Natalie Portman. EFE