- febrero 4, 2015
En llamas, como la heroína de la saga de “Los juegos del Hambre”, Katy Perry bajó a la arena de la Superbowl montada sobre el lomo de un león gigante y, como si invocara al diseñador de Katniss Everdeen, en el tercer número, apareció Lenny Kravitz, con el que interpretó “I kissed a girl”, arropados por el fuego que ardía a sus espaldas.
Fue entonces cuando la artista californiana hizo una entrada transgresora y reivindicativa, vestida en “llamas” y domando al animal mientras interpretaba “Roar”, la carta de presentación de su último disco “Prism”.
Todo es actitud
Pero en la 49 edición de la Superbowl la selva cambió enseguida por un tablero de ajedrez, ocupado por diferentes acróbatas, caracterizados como piezas del mismo juego mientras el ritmo lo marcaba “Dark Horse”, segundo single y el tema más popular de Perry.
Aunque, sin duda, el momento épico del concierto fue la llegada de un cantante de la vieja escuela y leyenda viva como es Lenny Kravitz, con sus inseparables gafas de sol y guitarra en mano, ya que fue el plato fuerte de la jornada.
El cantante versionó a modo de rock el primer éxito de Perry, “I kissed a girl” (2008), mientras que a su espalda ráfagas de fuego inundaban el escenario pero este ardor no fue el que calentó el ambiente sino la sensualidad que transmitió el dúo Perry-Kravitz, que, espalda con espalda, finalizaron el tema demostrando tanto química como fuerza vocal.
Perry, entregada durante la interpretación de este tema, hizo gala de una insuperable afinidad que desacreditó a quienes la acusan de realizar malos directos o incluso del uso del playback.
A continuación, el espectáculo transportó a la audiencia a una isla paradisíaca habitada por ocurrentes palmeras, balones de playa y tiburones. Cuando la artista entró en escena lució su primer cambio de vestuario, un colorido vestido de estilo pin-up, aunque en todo momento, conservó sus brillantes zapatos de tacón que evocaban la magia de los de Dorothy del Mago de Oz.
Aquí la cantante recuperó la línea de su anterior disco, “Teenage dream”, para inspirar un mundo de ensueño. Fue entonces cuando Perry adoptó una pose divertida y sugerente acorde a los temas de este álbum donde la artista juega con la idea del romanticismo.
La banda sonora estuvo a cargo del propio “Teenage dream” que tanto éxito le dio a Perry, hasta el punto de catapultarla como imprescindible diva del pop mundial.
Este mismo escenario fue aprovechado para la interpretación de otro de sus temas principales, “California Gurls”, acompañada, esta vez, por bailarinas vestidas con bikinis de aire retro.
Fuerza por bandera
Otra de las mayores sorpresas que reservaba el espectáculo fue la aparición de la rapera Missy Elliot, que interpretó sus éxitos “Get Ur Freak Out” y “Work it”, y cuando Perry se enfundó una brillante sudadera con el numero 49 sobre un escenario reconvertido en un simulador de baile.
Brillo con luz propia
Los socorridos farolillos de luz y color que inauguraron el espectáculo volvieron a aparecer para dar paso a una Katy Perry vestida de cuento y subida a una plataforma que imitaba a una estrella fugaz.
Fue el momento de interpretar “Firework” donde la cantante sobrevoló el estadio mientras se lanzaban numerosos y coloridos fuegos artificiales que pusieron el broche final.
Previamente, la cantante Indina Menzel, famosa por interpretar “Let it go”, tema principal de la exitosa película de Disney “Frozen, entonó el himno estadounidense mientras que otro cantante, John Legend, hizo lo propio con “America the beautiful”.
Está por ver si los críticos consideran que el espectáculo, finalmente, ha estado a la altura de las expectativas que generó la propia artista y alcance la estela de talento que dejaron otros grandes artistas como Madonna, Beyoncé o Bruno Mars.
Alrededor de cien millones de personas, según la organización de la Superbowl, fueron testigos de la considerada como fiesta nacional.
Celebrities como Gisele Bündchen, esposa de Tom Brady, uno de los jugadores principales, el ángel de Victoria’s Secret, Adriana Lima, la cantante Britney Spears o los actores Mark Wahlberg y Kellan Lutz tampoco faltaron a la cita.EFE