El amor en una exposición

  • El amor en todas sus dimensiones invade Buenos Aires hasta abril, en una exposición que reúne trabajos de más de cincuenta artistas de Argentina con el objetivo de derribar los estereotipos sobre este sentimiento que define la identidad de sus ciudadanos.

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    La directora ejecutiva de la Casa Nacional del Bicentenario que acoge la muestra, Liliana Piñeiro, asegura en una entrevista con Efe que Argentina «tiene una forma propia de vincularse a través del amor», una particularidad que conforma la identidad del país y que puede percibirse a lo largo de todos los trabajos que desde hoy se exhiben en la capital argentina.

    «Tenemos una manera muy especial de ver el amor», afirma Piñeiro, quien cree que los argentinos no son «protocolarios» y se definen por su «velocidad» para compartir intimidades o para tocar el timbre de alguien y tener la seguridad de que los van a recibir «con un café o un mate».

    Bajo esta premisa, la muestra, con la que esperan atraer a unas 500 personas diarias, realiza un recorrido por la historia política y social de Argentina para intentar descifrar qué significa el amor entre sus ciudadanos.

    Esculturas, fotografías, proyecciones, publicidad, fragmentos literarios, danza, música… diferentes obras de más de 50 artistas se extienden por tres plantas organizadas según las tres categorías en las que la filosofía griega divide el amor: Eros, Filia y Agape.

    En el primer espacio se encuentra Eros, la pasión, el afecto entre dos personas, el romanticismo y la sexualidad; conceptos, todos ellos, que los artistas cuestionan con el objetivo de derribar fuertes estereotipos como el predominio del hombre en la seducción o la común asociación del amor al matrimonio.

    Dentro de ese mismo espacio se encuentra una selección de cartas románticas recopiladas a lo largo de 200 años, con las que pretenden adentrarse en la memoria del país a través de los relatos de personajes anónimos y famosos, como el escritor Jorge Luis Borges.

    Pero aquí también hay, desgraciadamente, hueco y tiempo para analizar la ruptura, el dolor y la pérdida de un ser querido mediante una colección de folletines y piezas radiofónicas y televisivas emitidas a lo largo de los años que tienen como protagonista a la temida separación.

    Mientras, en Filia, se estudia el amor desde el encuentro con el otro, es decir, con la familia, con los amigos y con la patria, tres lugares de pertenencia que identifican al ser humano.

    Según la historiadora y asesora de la muestra, María José Grenni, el principal objetivo de este área, que abarca la perspectiva más social del amor, es que los asistentes analicen por qué, en ocasiones, se distancian del que consideran diferente o extranjero.

    Pero además de denunciar los prejuicios hacia las personas migrantes o las heridas generadas por el exilio y las deportaciones en Argentina, también hay sitio en Filia para miradas esperanzadoras.

    Un ejemplo son las fotografías de «abrazos sociales», entre las que destaca la de la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, cuando se reencuentra con su nieto desaparecido, Ignacio Guido.

    En amor también se escribe en guaraní. Foto: Casa Nacional del Bicentenario/ Facebook.

    En amor también se escribe en guaraní. Foto: Casa Nacional del Bicentenario/ Facebook.



    En cuanto a la planta de Agape, la invade el amor «sin orillas», aquel que se da sin pensar en recibir nada a cambio, como el apego a la naturaleza, a Dios, o a los hijos.

    Grenni cree que este último es la «entrega» más clara que existe, ya que unos padres deben dejar muchas cosas de lado y, a su vez, aprender a «dejarlos ir», lo que también es «un acto de afecto».

    Pero entonces, ¿qué es el amor? La directora ejecutiva de la Casa Nacional del Bicentenario deja claro que intentar dar una respuesta sería de «soberbios» y que por eso sólo buscan que la exhibición plantee preguntas sobre este sentimiento.

    «Creo que le da un sentido a la vida», asevera, «ese agujero existencial que tenemos todos solo puede calmarse, por momentos, gracias a él».

    Ya sea fraternal, sagrado, romántico, sexual, patriótico, gastronómico o literario parece que, según Eros, Filia, Agape y la propia Piñeiro, «no hay duda de el amor existe», al menos, en Argentina. EFE/ Irene Valiente

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