- febrero 26, 2018
Diariamente, vivimos sumergidos en hábitos y compromisos laborales, familiares y académicos. Si bien tener una rutina no puede considerarse algo negativo, tiene efectos secundarios en la salud.
Nuestra vida se convierte en rutina cuando empezamos a hacer las mismas cosas por un periodo de tiempo largo. Nuestros días se dividen en nuestras responsabilidades en el trabajo, la universidad y la casa.
Si bien “la rutina puede tener ventajas”, permite ahorrar tiempo y preocupaciones pueden surgir problemas. Para ello, te dejamos tres consejos para romper con la rutina, al menos, de vez en cuando.
1- Sé autocrítica: la pregunta que todo el mundo debería hacerse es: ¿está lo urgente dejando lugar para lo importante? Muchas veces las preocupaciones y las responsabilidades no dejan vivir.
Para contestar estas preguntas con propiedad, evaluá tus días y cuánto tiempo te estás dedicando, si los resultados de este análisis no son nada reconfortantes, no te desalientes: acabas de dar el primer gran paso hacia una vida mejor.
2- Cambiá de entorno: Si querés salir de los malos hábitos (como fumar, por ejemplo) y aplicar buenas costumbres (como hacer ejercicio) cambiar tu entorno puede ser la clave.
Esto no implica una transformación radical; con pequeños cambios bastará. En este sentido, cambiá la ruta que hacés para ir al trabajo y realizá tus compras en otro supermercado. Estas modificaciones, aparentemente inocentes, te ayudarán a pasar del “modo automático” al “modo consciente”.
3- Abrí tu mente: Si en verdad querés transformar tu vida, tendrás que tener fe en el cambio. Comenzá a regalarte pequeñas gratificaciones día a día: dejate tiempo para leer un buen libro, estar con tu familia o reencontrarte con amigos.
No reduzcas tu día a lo que “tenés” que hacer y abrí tu mente a lo que necesitás hacer para mejorar tu calidad de vida. Introducí leves modificaciones a tu plan alimenticio, poné un poco más en movimiento y enfocate en pensar en positivo.
Puede que los beneficios de estas prácticas no sean instantáneos, pero cuando lleguen no te abandonarán jamás.