- noviembre 5, 2024
Si bien la versión original habría planteado una crítica social más directa, el desenlace romántico ha permitido que Mujer Bonita perdure como una historia icónica de transformación y esperanza.
Pretty Woman (1990), conocida como Mujer Bonita en Latinoamérica y España, es una de las comedias románticas más populares de las últimas décadas. La historia de amor entre Vivian Ward, una prostituta interpretada por Julia Roberts, y Edward Lewis, un hombre de negocios encarnado por Richard Gere, ha conquistado audiencias desde su estreno. Sin embargo, pocos saben que esta película icónica de Hollywood tuvo originalmente un final muy distinto y oscuro que hubiera cambiado radicalmente la percepción de la historia y sus personajes.
La versión inicial de Mujer Bonita, escrita por el guionista J.F. Lawton, estaba lejos de ser la encantadora comedia romántica que conocemos hoy. En lugar de la transformación de Vivian en una especie de “Cenicienta moderna”, el guion original planteaba una historia más dura y realista que reflejaba la crudeza de la vida de las trabajadoras sexuales en Los Ángeles. Este guion se titulaba 3000, en alusión al monto que Edward le paga a Vivian por pasar la semana con él.
En este final alternativo, Edward no regresa a buscar a Vivian. La relación entre ambos es transaccional y termina en términos fríos, sin gestos románticos ni la promesa de un futuro juntos. En la versión oscura de la historia, Vivian regresa a su vida anterior, y el desenlace refleja la falta de redención o cambio. La visión original no daba cabida al cuento de hadas; en su lugar, presentaba un retrato crudo sobre la explotación y las desigualdades que rodean el trabajo sexual.
La razón del cambio
El director Garry Marshall y los productores consideraron que el guion original era demasiado sombrío para el público al que querían llegar. El enfoque inicial de 3000 era una crítica social y exploraba temas de marginación, adicciones y la falta de oportunidades. Pero el estudio de cine, Touchstone Pictures, decidió dar un giro al proyecto para convertirlo en una comedia romántica que apelara a una audiencia más amplia. Esto llevó a la reescritura del guion, suavizando el tono y los conflictos para presentar una historia de amor que, aunque con elementos de crudeza, terminara en una nota positiva.
Al adaptar el final, los creadores introdujeron una narrativa de redención. Edward no solo ayuda a cambiar la vida de Vivian, sino que, en el proceso, él mismo se convierte en una persona más humana y sensible. Este cambio hizo de Mujer Bonita una película inspiradora, brindando un mensaje sobre la superación personal y la posibilidad de cambiar el propio destino.
El final que conocemos muestra a Edward superando su miedo a las alturas para escalar hasta el apartamento de Vivian, en una metáfora clara de su transformación. Este gesto se ha convertido en una de las escenas más memorables del cine romántico, y refleja un cambio total del personaje que, al principio, se mostraba como frío y calculador. En el otro final, este tipo de transformación personal nunca hubiera ocurrido, lo que sin duda habría dejado una impresión menos cálida y emotiva en el público.
Impacto y legado de la versión final
Pretty Woman es recordada por su final de cuento de hadas, que ha inspirado a generaciones de espectadores. Julia Roberts y Richard Gere se convirtieron en símbolos de esta romántica historia, y la película consolidó a ambos como grandes estrellas de Hollywood. Aunque algunas críticas apuntan a que el filme sigue siendo idealizado y que distorsiona la realidad del trabajo sexual, su final positivo contribuyó a su éxito comercial y cultural.
Este cambio de dirección también abrió la puerta a más comedias románticas en los años 90 y marcó un hito en el género, mostrando cómo una historia de amor, con algunos elementos de fantasía, podía conectar profundamente con el público.