- abril 25, 2015
La actriz Angelina Jolie trajo hoy a la ONU la voz de los refugiados sirios y pidió a la comunidad internacional que supere su «incapacidad» e «indecisión» para terminar una guerra que ha causado más de 200.000 muertos.
Jolie, enviada especial del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), se sentó hoy en la mesa del Consejo de Seguridad de la ONU para, entre otras cosas, invitar a sus representantes a visitar los campos de refugiados sirios.
«Estos refugiados no pueden venir al consejo, así que, por favor, vayamos hacia ellos», agregó la actriz, que en los últimos años ha estado durante once ocasiones en campos de refugiados sirios, en Irak, Jordania, Líbano, Turquía y Malta.
La sesión, encabezada por el ministro jordano de Exteriores, Nasser Judeh, sirvió para hacer un repaso de un conflicto armado que estalló al calor de la «primavera árabe», en 2011, y que ha causado 4 millones de refugiados y 7,6 millones de desplazados internos.
Sumados, los refugiados y los desplazados representan la mitad de los habitantes del país.
En un discurso de ocho minutos, la actriz, con un traje color marfil y un broche dorado en la solapa, sentada al lado del titular del ACNUR, el portugués António Guterres, acusó a la comunidad internacional de carecer de «voluntad política» para resolver el conflicto armado en Siria.
«No podemos ver a Siria y el maléfico efecto que ha crecido desde las cenizas de la indecisión y pensar que no es el punto más bajo en la incapacidad del mundo para proteger y defender a los inocentes», afirmó.
Culpó de ello a la «división e indecisión» que hay en el mundo sobre este tema y dijo que el Consejo de Seguridad de la ONU «no está cumpliendo sus responsabilidades».
Recordó que cuando comenzó a visitar campos de refugiados, en 2011, lo que encontraba era «esperanza», pero cuando regresó sólo encontró «ira» y últimamente sólo ha visto «resignación y tristeza».
Jolie estuvo precedida por altos funcionarios de la ONU, como la secretaria general adjunta para Asuntos Humanitarios, la británica Valerie Amos, quien recordó que el conflicto sirio ha causado la muerte de 220.000 personas.
Amos hizo una serie de propuestas, como reforzar el embargo de armas a ese país y dotar de una protección especial a las escuelas y los hospitales, para que se conviertan en «zonas de paz».
«El tiempo se está acabando en Siria», insistió Amos, quien mencionó también las «repercusiones globales» por la guerra.
También intervino el portugués Guterres, que calificó la situación como «insostenible» y dijo que el «cáncer» generado por el conflicto sirio se está extendiendo a países vecinos.
En la sesión, el secretario de Estado español de Asuntos Exteriores, Ignacio Ybáñez, recordó que el mundo vive «la mayor crisis de refugiados» que se recuerde, y ensalzó el ejemplo de los países vecinos por acoger a las víctimas civiles.
Pero, advirtió también, el flujo de refugiados «está poniendo en peligro los esfuerzos de desarrollo de los países vecinos de acogida».
Por su parte, la embajadora estadounidense ante la ONU, Samantha Power, culpó al régimen sirio de Bachar al Asad de la «continua tortura» y «brutalidad» en el conflicto, y dijo que Asad «ha alimentado la brutalidad» del grupo radical Estado Islámico.
«No puede haber ninguna salida (al conflicto sirio) sin que él salga del poder», afirmó Power, reiterando una posición que viene manteniendo ante el Consejo de Seguridad.
En la sesión, el consejo aprobó una declaración presidencial en la que mencionó anteriores resoluciones sobre el conflicto e insistió en las consecuencias mayores que puede haber.
«Se corre el riesgo de una mayor desestabilización regional si no se encaran de manera adecuada el conflicto, la crisis de los refugiados y las necesidades de los países de acogida», agrega la declaración, leída por el ministro jordano de Exteriores, cuyo país preside este mes ese órgano de Naciones Unidas. EFE