- mayo 11, 2015
Los príncipes de Mónaco bautizaron a sus hijos mellizos, Jaime y Gabriela, en una ceremonia católica celebrada en la catedral del Principado.
Los príncipes de Mónaco, Alberto II y Charlene, bautizaron a sus hijos mellizos, Jaime y Gabriela, en una ceremonia católica celebrada en la catedral del Principado y que fue seguida de una recepción popular en uno de los patios del Palacio. El príncipe heredero Jacques y la princesa Gabriella, vestidos con trajes de Baby Dior, llegarón a la catedral de San Nicolás en brazos de sus niñeras, quienes vestía con trajes en tonos salmón idénticos.
Los padrinos del príncipe heredero, Jaime Honorato Rainiero, que sucederá a su padre como Jaime II, fueron Christopher Le Vine, uno de los primos estadounidenses de Alberto II, y Diane de Polignac Nigra, prima del soberano por parte paterna.
Los de Gabriela Teresa María, según informó el Principado en un comunicado, fueron Gareth Wittstock, hermano de Charlene, y Nerine Pienaar, amiga de la princesa y esposa del excapitán del equipo de rugby sudafricano.
Los pequeños, que nacieron el pasado 10 de diciembre en el hospital Princesse Grace de Mónaco y fueron presentados públicamente de manera oficial desde una de las ventanas palaciegas el 7 de enero, aseguran la continuidad del pequeño Principado. La llegada de los mellizos se produce diez años después de que Alberto tomara las riendas del principado tras la muerte de Raniero de Mónaco.
El bautizo, que se puedo seguir en directo a través de una pantalla gigante instalada en el patio del Palacio y a través de la págine de Facebook de los soberanos, contó con la presencia de las familias Grimaldi y Wittstock. De la familia Grimaldi, se echo de menos a Carlota Casiragui, quien no asistió a la celebración porque se encuentra de viaje en Asia junto a su pareja el actor, Gad Elmaleh.
Jaime y Gabriela son los primeros hijos en común de la pareja, que se casó en julio de 2011, y el tercer y cuarto vástago para el soberano, que tiene ya otros dos hijos reconocidos y nacidos fuera de su matrimonio, por lo que carecen de derechos sucesorios.
Al término de la ceremonia, y tras la foto de familia, Alberto II y Charlene se dirigieron a pie hasta el Palacio, recorrido en el que recibieron las felicitaciones de residentes y turistas, mientras que los pequeños fueron acompañados en coche por sus niñeras hasta la residencia.
Tras la ceremonia, Alberto de Mónaco y Charléne posaron junto a sus hijos a las puertas del templo, que estaba adornado con miles de flores blancas. El príncipe sostenía en brazos Gabriela, mientras que Charléne se ocupó de Jaime. A continuacion, mientras los prícnipes de Monaco recibía las felicitaciones de los ciudadanos, los niños se marcharon a Palacio donde se organizó una recepción para 700 invitados. EFE