- junio 30, 2015
En nuestro día a día convivimos con familiares, amigos, pareja… Y la convivencia genera algunas discusiones y peleas que debemos afrontar. En esta nota te ayudamos con algunos consejos para saber reaccionar ante las peleas de pareja sin causar daños colaterales.
Pelea, riña, contienda… No tenemos porqué llegar a las manos, sólo con discutir y perderse el respeto es una mala situación por la que a nadie le gusta pasar. Además, a veces caemos en el error de continuar la pelea, cuando lo mejor es hablar, razonar y si no, terminarla.
En el día a día, en las relaciones sociales que se mantienen con nuestros seres queridos es normal que surjan desacuerdos porque también sabemos que donde hay amor también existe conflicto. Y es que donde hay personas que piensan, hay discrepancia de pareceres. Todos no podemos pensar igual. El avance y el desarrollo nacen de la disparidad de criterios e intereses y eso es lo que pasa en las relaciones.
Ante esta situación, es importante reconocer un problema y antes de esto, saber que existe y atajarlo cuanto antes de la mejor manera posible. Cuando se empieza a calentar el ambiente y sacamos a relucir temas que no tienen nada que ver con el argumento de la pelea, lo mejor es reconocer el fallo, la culpa o el error y no darle más vueltas al asunto.
Sabemos que hay dos formas de afrontar problemas: constructiva y destructiva. La primera, daña al autoestima de los rivales. Nos ponemos violentos ya sea física o verbalmente…Esta es una forma muy desagradable de discutir. No se recomienda. Sin embargo, la positiva es la constructiva, ya que supone desarrollo, alienta el diálogo y permite que los contendientes lleguen a su máximo potencial. No es difícil llegar a afrontar un problema de una forma constructiva si nos lo proponemos.