- junio 8, 2014
La cantante norteamericana Alicia Keys llenó la noche de Rabat de «soul» y cerró de forma brillante la intensa semana musical del festival Mawazine, que este año cumplió su 13 edición.
Vestida con un sencillo conjunto negro de pantalón de cuero y una camiseta de tirantes más una malla -indumentaria que no se cambió en todo el concierto-, y con el pelo recogido en una trenza, Keys prestó su inmensa voz para interpretar temas de soul y pop para un público que desconocía la mayor parte de su obra.
Sonaron en esta noche New York, Baby baby, No one, Tears always win, Listen to your heart o Every time you hold me, y Keys alternó las baladas sentada al piano con los ritmos más rockeros de pie en el escenario, haciendo participar al público con palmas y coros.
La orquesta de Keys estaba formada exclusivamente por músicos negros, así como sus dos coristas, parte fundamental de su espectáculo, lo que sin duda daba una tonalidad más «soul» al espectáculo de esta artista por la que corre sangre negra y blanca.
La artista de 33 años, que ha vendido 40 millones de discos y tiene 15 premios Grammy, tuvo un guiño de complicidad con Marruecos al desplegar en las pantallas gigantes del escenario imágenes de su última visita a Marruecos en 2009 en ensayos, en el concierto, en paseos callejeros o en el hamam (baño árabe).
Entre el público abundaban los adolescentes, que durante la semana del festival han acudido en masa a estos conciertos masivos y gratuitos -como acudieron a Justin Timberlake o Ricky Martin-, aunque también había familias enteras con niños, contentos de disfrutar gratis de un concierto de rango internacional en una ciudad con tan escasa oferta cultural.
Gracias al festival Mawazine, Rabat ha degustado durante una semana músicas de todo el mundo en seis escenarios distintos -internacional, africano y árabe, entre otros-, con un gran nivel de organización y orden, pese a la cifra de 2,5 millones de espectadores que se preveía asistieran este año.
De todos los artistas que se han producido en Mawazine, el que parece haber triunfado sobre todos los demás es el belga Stromae en su concierto del pasado martes, por encima de Justin Timberlake o Ricky Martin, lo que demuestra el peso que la cultura francesa y francófona tiene todavía en Marruecos. EFE