- abril 16, 2014
La diseñadora y activista belga de origen marroquí Rachida Aziz, comprometida con las musulmanas modernas, realiza diseños concebidos para mujeres «de cualquier talla, color o convicción» que defienden su derecho a no ser juzgadas por la apariencia.
Javier García Martín
Se trata de ropa informal modulable con el velo islámico incorporado o faldas regulables a distintas alturas, propuestas de esta puntera estilista bruselense que ya ha atraído la atención de personalidades como la reina Matilde de Bélgica.
Los diseños de Aziz son versátiles, se adaptan a los deseos de sus portadoras, que pueden efectuar a lo largo del día variaciones en las prendas mediante partes extensibles.
«La marca Azira reivindica los derechos de las mujeres a disponer de su cuerpo, a mostrar o cubrir lo que quieren sin interferencias ni presiones», indicó a Efe Rachida Aziz, nacida en Amberes pero afincada en la capital belga desde los 15 años.
«Permitimos decidir a la mujer si quiere cubrir su pelo o no en un momento determinado, por ejemplo», agregó la diseñadora, que dirige parte de sus ventas a un público musulmán, aunque no exclusivamente.
Personalidades como la reina Matilde de Bélgica se han acercado a la tienda de esta marca bruselense atraídas por la aproximación sin prejuicios al mundo de la modaque esta activista ofrece.
«Durante un periodo de mi vida elegí llevar el pañuelo y viví la exclusión en la educación o el trabajo, una circunstancia que me convirtió en militante», agregó Aziz, que con anterioridad fue asistente social.
Sudaderas deportivas con velo islámico, faldas regulables, «leggings», cinturones de cuero, bolsos de rayas y chales de tonos pasteles son algunas de las prendas que más vende.
«Diseñamos ropa que se corresponde con las necesidades de mujeres reales y en nuestras campañas hay modelos de cualquier talla, color y convicción, no solo chicas blancas y delgadas», dijo Aziz durante su entrevista con Efe.
La firma trabaja con dos talleres «éticos», uno en Bruselas y otro en Casablanca (Marruecos), que ofrecen formación, limitan el trabajo a siete horas diarias, y pagan salarios elevados «algo raro en este mundo», valoró la modista.
«A veces los pedidos no llegan a tiempo, pero no presionamos a nadie, sino que esperamos», añadió.
Aziz, de 42 años, anunció que la colección que prepara para esta temporada recibe la influencia del nuevo teatro popular marroquí, un movimiento que en la actualidad se centra en temas como los derechos de las mujeres.
Turbantes, vestidos con capucha y tonos rosas son los escogidos por la diseñadora para esta primavera, que reafirma en su nueva producción el lema de su casa: «ropa ética para una mujer libre y segura de sí misma».
La diseñadora complementa las ventas con conciertos en su tienda, exposiciones de pintura e incluso karaokes en los que invita a los bruselenses a conocer la filosofía de la marca.
Uno de sus estandartes es la campaña «Mi elección, no la tuya», en la que recoge los testimonios de varias mujeres que rechazan un modelo único de feminidad.
«Parece que tenemos que estar a disposición de la belleza, perfectas en cualquier ocasión», valoró.
Concebida para ser viral y participativa, la campaña acumula imágenes de mujeres que, por ejemplo, manifiestan que quieren mantener sus símbolos religiosos, aunque también de hombres que luchan contra la discriminación.
«Creo que esta sociedad no será libre mientras permita hacer juicios de valor sobre las elecciones de una mujer», indicó Aziz. EFE