La dulce espera tiene sus bajos y altos, el estrés es uno de ellos, prevení por él (baby) y evitá que sienta los malos ratos ocasionado por los adultos.
Las mujeres embarazadas son susceptibles a cambios de carácter, debido al estado de gravidez que presentan durante la dulce espera del baby.
Es más que recomendable respetar el momento de los nueve meses de gestación, evitar conflictos, y agobios que puedan sufrir una embarazada. Durante el embarazo estas situaciones pueden producir estrés a la futura mamá.
Te dejamos las claves para disfrutar de un embarazo tranquilo
El estrés que puede llegar a ser intenso, prolongado y perjudicar para la salud de la embarazada y la del niño, muchas veces causan el parto prematuro o que nazcan con un bajo peso. Además, esta molestia, genera el mayor consumo de medicamentos, descansar a medias, desequilibrar la dieta, todos ellos son hábitos que no resultan nada beneficiosos para una mujer embarazada.
Origen del estrés: El primer paso para combatir el estrés en el embarazo es averiguar qué lo provoca; muchas veces las causas principales son el trabajo, las tareas domésticas y las dificultades para compaginar vida laboral y familiar.
Si antes del embarazo la mujer ya estaba agobiada, ahora esta sensación se puede incrementar: su estado le va a impedir continuar con el mismo ritmo, y el hecho de no estar al cien por cien y no llegar a todo puede estresarla aún más.
El propio embarazo es una fuente de estrés por todos los cambios que implica y los primeros meses hay cierto temor a perder el bebé que puede angustiar a la futura mamá. Los cambios hormonales provocan inestabilidad emocional y eso, unido a las náuseas, el sueño etc, que aparecen en esta fase puede aumentar el estrés.
Una crisis de pareja, la pérdida de un ser querido, una mudanza o las dificultades económicas pueden disparar el nivel de ansiedad de la embarazada.
Evita la tensión: Nerviosismo, dificultades para conciliar el sueño, pesadillas, ansiedad, desarreglos en la alimentación, irritabilidad, inestabilidad emocional, son los principales síntomas que pueden hacernos sospechar que existe un problema de estrés. Sentirse más cansada de lo normal o quejarse de dolores difusos, como de cabeza, de espalda, también pueden ser manifestaciones de una situación de este tipo.
El primer paso sería consultar con el ginecólogo para que confirme que todo va bien. La embarazada debe comentarle su estado de ansiedad, los síntomas que tiene, las preocupaciones que la angustian, y preguntar sobre todos aquellos aspectos del embarazo y del parto que les atemorizan.
Cuando la angustia es intensa o se mantiene en el tiempo, conviene solicitar ayuda psicológica. La psicoterapia puede ayudar a descubrir los motivos y a superar miedos. A menudo, pequeños cambios en la rutina diaria pueden favorecer una vida más tranquila y mantener alejados el agobio y la ansiedad. Aceptar las limitaciones que el embarazo impone, reducir la actividad y buscar el apoyo de los que nos rodean pueden ser buenos antídotos contra el estrés.
Mantenéte alejada del estrés
1. Aprovechar los ratos libres para relajarse realizando actividades tranquilas como leer, pasear o escuchar música.
2. Pedir ayuda a la pareja, a la familia y a los amigos.
3. Evaluar la posibilidad de contratar a una persona que colabore en la limpieza de la casa o el cuidado de los hijos.
4. Si hay problemas laborales, compartí con tu pareja.
5. Dormir lo suficiente, llevar una dieta sana y practicar ejercicio regularmente.
6. No combatir el nerviosismo fumando, bebiendo alcohol o tomando más café. No consumir medicamentos sin consultar con el médico.
7. Hablar con otras mujeres de los temores que generan el embarazo y el parto: exteriorizar los sentimientos ayuda a rebajar la tensión.
8. Evitar en lo posible situaciones estresantes. Si hay previsión de cambios importantes, es mejor posponerlos.
9. En el trabajo, no tener miedo a decir «no», hacer pausas frecuentes, evitar estar mucho tiempo en la misma postura, no hacer horas extras y pedir ayuda en caso de sobrecarga.
10. Realizar técnicas de relajación y la posibilidad de compartir experiencias con otras embarazadas son buenas armas para combatir la ansiedad.
Fuente: serpadres.es